El pabellón Alemán de Mies van der Rohe

El Pabellón Alemán fue realizado para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, ubicada en Montjuïc, cuyo objetivo principal fue proyectar la imagen de la industria catalana al exterior y dar a conocer los nuevos avances tecnológicos desarrollados hasta ese momento.

Georg Von Schnitzler, comisario general de la República de Weimar, encargó al equipo formado por Mies van der Rohe y Lilly Reich el diseño del Pabellón Nacional Alemán en  1928. El proyecto consistía en crear una estructura que representase a la República, potenciando el prestigio de Alemania como nación. Además, debía ser concebido como un espacio dedicado a las ceremonias oficiales y actos diplomáticos, desvinculado de funciones utilitarias. Por este motivo, fue un encargo libre de limitaciones prácticas con el que Mies pudo realizar pura arquitectura.

Vista del Pabellón Alemán en 1929. Extraída de: http://hasxx.blogspot.com/2012/05/pabellon-de-alemania-en-la-expo-de.html

El proyecto fue llevado a cabo entre noviembre de 1928 y febrero de 1929. La primera decisión de Mies fue la elección del emplazamiento, rechazando la parcela propuesta por las autoridades de Barcelona. El pabellón fue ubicado lejos del eje principal de la Exposición y de sus edificios más importantes, ya que Mies buscaba un ambiente sosegado y tranquilo. Además, el Pabellón fue diseñado de manera que interactuase con las visuales e itinerarios del entorno, creando una sutil relación entre el lugar y la forma del edificio.


La edificación se dispuso sobre un podio rectangular de mármol travertino y fue organizado en tres espacios: el patio de recepción, el núcleo unificado y el patio trasero, donde se instaló una estatua del escultor alemán George Kolbe.

Su estructura se basó en dos componentes principales: pilares de acero y bloques rectangulares de distintos materiales, colocados verticalmente como paredes y horizontalmente como techos y suelos. Éstos generaban en planta una composición de planos ortogonales que se cruzaban pero no llegaban a tocarse, estableciendo un diálogo fluido entre el espacio interior y el exterior.

Planta del Pabellón. Extraída de: http://hasxx.blogspot.com/2012/05/pabellon-de-alemania-en-la-expo-de.html


La originalidad de Mies van der Rohe en la utilización de los materiales para el pabellón no radicó en la novedad de los mismos, sino en el ideal de modernidad que expresaban a través del rigor de su geometría, la precisión de sus piezas y la claridad de su montaje. Éstos fueron tres principalmente: el cristal, el acero y cuatro tipos de piedra, todos de gran calidad.

La ejecución material del edificio fue objeto de continuas improvisaciones que no quedaron bien documentadas debido al apremio de las fechas de inauguración. A pesar de esto, fue la propuesta  más innovadora de la muestra y se consideró una obra excepcional desde el día que fue abierto al público.

En 1930 fue desmantelado y sus piezas quedaron dispersas, algunas fueron vendidas y otras devueltas a Alemania. A pesar de su desaparición, el edificio se convirtió en el punto culminante de la etapa europea de Mies y en un icono de referencia para la arquitectura del siglo XX.

Vista actual de la reconstrucción del Pabellón Alemán. Fotografía de la autora.


A pesar del paso de los años, el pabellón no desapareció del imaginario colectivo, manteniendo una gran importancia histórica y estética. Por este motivo, en 1980, Oriol Bohigas impulsó de nuevo la iniciativa de reconstruir el pabellón, y tres años después nació la Fundación Mies van der Rohe, con el objetivo inicial de llevar a cabo la restitución filológica y constructiva del Pabellón Alemán. 

La reconstrucción se llevó a cabo entre 1983 y 1986, en la misma ubicación que estuvo en origen, y fue justificada por los arquitectos como una reinterpretación del pabellón y no una copia. Además, reforzaron su idea destacando el protagonismo de materiales como el acero inoxidable, el cristal o la piedra, los cuales non evocaban la imagen de un edificio temporal, sino de uno con carácter permanente. 

A diferencia del resto de reconstrucciones de pabellones que se han llevado a cabo a finales del siglo XX, ésta resultó una recuperación modélica desde el punto de vista de la aplicación de los estudios previos, de madurez teórica y conceptual y de los recursos económicos, políticos y materiales. Pese a esto, se vieron obligados a realizar cambios en el nuevo edificio para adaptarlo a su carácter permanente. Como conclusión, en este caso debemos entender el actual edificio como una construcción nueva, distinta a la que se diseñó en 1929, cuyo valor cultural reside en la suma de la importancia simbólica y arquitectónica del proyecto de Mies van der Rohe. 

Nos vemos en el próximo post!!

Clara




Bibliografía:

 Alonso, J. R., “El pabellón Barcelona y la nueva modernidad en la arquitectura contemporánea”, Liño, nº 13, Universidad de La Coruña, 2007, pp. 90-102.

 Cohen, J-L., Mies van der Rohe, Madrid, Akal, 1998.

 Rivera, D., Dios está en los detalles. La restauración de la arquitectura del M.M., Valencia, General de ediciones de arquitectura, 2012.





Comentarios